Soy Belén, una chica de 26 años y llevo casi cuatro meses ingresada en prisión (Madrid 1, Mujeres, Alcalá Meco).

No puedo decir que mi experiencia aquí sea negativa, ya que estoy aprovechando el tiempo para aprender cosas nuevas, y sobre todo, para crecer como persona.

Mi entrada fue inesperada, ya que tenía un código 10 del que no estaba informada, y el principio fue bastante duro.

Gracias al pulpo verde he aprendido a ver el lado bueno de las cosas (que siempre lo hay); he aprendido a gestionar mis emociones desde el lado verde; es decir, con optimismo.

También estoy aprendiendo a darme cuenta de cómo me siento en cada momento, y en el momento que soy consciente de que estoy negativa, enfadada, triste, etc. puedo decidir si continuar así o pasarme voluntariamente “al lado verde” (positivismo) cosa que siempre elijo.

Mi paso por aquí más que un castigo lo tomo como una lección de vida para enfocarme en el camino correcto, ser mejor persona y encontrar la paz mental.

De este modo puedo transmitir paz a mi entorno y puedo ayudar a cambiar las gafas  rojas, es decir, negativas (rabia frustración) a verdes (paz, alegría, grandeza, bondad, etc.)

Estoy muy agradecida con el pulpo verde y con las personas que lo hacen posible y muy orgullosa de mí misma por mis avances y por mi afán de mejorar día tras día.

Y así será el resto de mi vida.

Gracias